Archivo personal de Jorge Guillén

Claudio y Teresa Guillén.

41 poemas

Valdivieso, Miguel. Obra completa. Carboneras de Guadazón : El toro de barro, 1968.

Mecanografiados con anotación firmada de mano de Jorge Guillén en la h. 1: "De Miguel Valdivieso, me parece. J. G."; el último poema, con firma autógrafa

Madrid,

Donativo de

El verso de cada h. en blanco

Foliación original manuscrita a tinta azul en el margen superior izquierdo

Se para el tiempo en mi mano / Y abre su silencio íntimo.

Aurora sin fin. Enlace / Luminoso y tan secreto.

Incorruptible demora. / Extravío de la hora

Devaneo circular. / Rueda el triunfo en bicicleta.

Tronco, fruto y flor. / Cuerpo femenino

El Paraíso inocente / Anima un ser puro: Adán.

Luz dorada sobre el muro. / Los hombres tomando el sol.

Íntima geología ensimismada. / Antes del pez, la flor y la criatura.

Poniente del esplendor / Caido en violencia suma.

No se muere en la tarde porque el viento / Dé alcance a la paloma de la altura.

Muertos bajo la esfera / De la altura. Relumbres

Lenta rueda. Buen rumbo. / El movimiento solo.

Caudalosa algarabía / De los pájaros en vuelo.

¡Qué grave / Tu presencia en el vuelo del aire!

No se oye el rumor / De la hora que gira,

El algodón de la niebla / Guarda a solas el silencio.

Revés de la tierra. Forma / Sigilosa del enigma,

Caballos en la cima, Galopa el viento.

Vaso peso en esquema, Soledad esencial.

¡Qué infantil río / En la madrugada!

¡Qué seguros los límites! / Perfil, muro, horizonte.

Volando el alma. Y el cuerpo / Aprisionado en sus redes.

Crece la noche con el humo / De la paciente chimenea.

Que divina intención enmudecida / En la pura presencia de las cosas.

En el agua inocente perseguida / Por verdes peces de estremecimiento,

La tarde suspensa. / Cien aves volando.

Oscuridad transparente. / Rondan peces de frescor.

El espejo del aire / Copia el orbe absoluto.

Escucho tu armonía / Miro tu forma. Toco

Mira como nace el agua. / Cómo su fuerza unifica

El mundo sale mágico del alba / Como de un negro y solo mar profundo.

Las raíces al aire como ramas. / Las ramas en la tierra.

Docilidad tranquila de las cosas, / Paz sin cielo.

¡Qué vaho torpe de espera! / El movimiento suspende

La luz de mis ojos. / Qué inocencia de agua

Qué pleno el mediodía entre las horas / De la tierra y el cielo.

Taciturno y sin soltura. / Esclavo de tierra y cielo

El cuerpo tendido. / Calma. Pausa. Aplomo.

Floresta, andar de río, / En cada voz recita

La noche blanca, comunicativa, / En primavera astral de nieve y luna,

Así, en la oscuridad, pero despierta, / Es más real tu enorme contextura

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